Si alguna vez te has preguntado por qué el Colegio del Tepeyac es una de las instituciones educativas más emblemáticas de la Ciudad de México, este es el momento perfecto para descubrirlo. Durante el mes de febrero celebramos con orgullo nuestro 84º aniversario, recordando nuestra historia y mirando con entusiasmo hacia el futuro.

¿Conoces la historia del Colegio del Tepeyac?

El Colegio del Tepeyac abrió sus puertas en febrero de 1941, en el corazón de la Colonia Lindavista, un proyecto que comenzó con la visión del ingeniero estadounidense Teodoro Gilbert quien  compró terrenos de antiguos ranchos cercanos al Cerro del Tepeyac con la intención de desarrollar una colonia residencial. Fue en ese contexto que determinó la ubicación de una institución educativa que con el tiempo se convertiría en un pilar de la educación en la Ciudad de México.

Inicialmente, el colegio operaba bajo la dirección de la Fundación Colegio Americano, pero en 1943, un grupo de vecinos y amigos de la comunidad decidió darle un carácter católico. Para lograrlo, acudieron a la abadía de San Benito en Kansas, desde donde fueron enviados tres sacerdotes y tres monjas benedictinas. Este cambio sentó las bases de la filosofía educativa que sigue vigente hasta nuestros días, combinando la excelencia académica con la formación en valores católicos.

Los primeros años no fueron sencillos. En 1947, los primeros sacerdotes benedictinos fueron llamados de regreso a su abadía, por lo que la comunidad tuvo que buscar apoyo en la abadía de San Juan en Collegeville, Minnesota. Fue entonces cuando llegaron al colegio los nuevos padres benedictinos, entre ellos el Padre Burton, el Padre Claros y el Hermano Felipe, quienes se convirtieron en figuras fundamentales en el crecimiento del colegio.

En 1972, Don Rodrigo Valle Orozco retomó el proyecto educativo con una visión renovada, asegurando que el Tepeyac se mantuviera a la vanguardia en métodos pedagógicos y desarrollo académico. Gracias a ello, con el paso del tiempo, el colegio ha sido reconocido no solo por su excelencia académica, sino también por la entrega y compromiso de sus docentes, quienes han dejado huella en generaciones de alumnos.

Frailes del Tepeyac: Un legado deportivo

El deporte ha sido una parte fundamental en la vida escolar de nuestro colegio. Desde 1952, nuestros equipos representativos, los Frailes del Tepeyac, han dejado huella en disciplinas como el básquetbol, voleibol y atletismo, aunque fue el fútbol americano el que nos dio renombre. La pasión y el compromiso de nuestros jugadores hicieron que un periodista de «La Afición» nos bautizara con el emblemático nombre de «Frailes».

Pero el Tepeyac no solo brilla en el deporte, sino también en la música y el arte. Nuestra Trova del Tepeyac, nacida en 1972, ha sido un referente de la música mexicana, interpretada con pasión por generaciones de estudiantes. En la década de los noventa, la evolución musical de nuestra institución dio lugar al Son del Tepeyac, un ensamble de gran formato que ha conquistado escenarios nacionales e internacionales. Hoy, la música del Son del Tepeyac está disponible en plataformas digitales, llevando nuestro legado a nuevas generaciones.

Innovación y excelencia académica

El Colegio del Tepeyac ha sabido adaptarse a los tiempos sin perder su esencia. Fuimos pioneros en la educación bilingüe, implementando un programa intensivo de inglés desde los años 50, y nuestra excelencia académica se ve reflejada en la preparación de nuestros alumnos, quienes obtienen certificaciones de Cambridge y Oxford.

Una comunidad unida y en constante crecimiento

A lo largo de estos 84 años, más de 45,000 alumnos han pasado por nuestras aulas, formando una gran familia que sigue creciendo. Padres, maestros, alumnos y exalumnos comparten el orgullo de pertenecer a una institución con un legado sólido y un futuro brillante.

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